En los últimos años, hemos vivido la evolución y el auge de nuevos empleos como desarrolladores de software, programadores o community managers. Fruto de esta situación, las empresas necesitan emplear mecanismos de retención del talento para poder crecer junto a esos valiosos empleados, pero también para evitar potenciar a empresas rivales si consiguen contratar a estos trabajadores.
En esta situación se encontraba uno de nuestros clientes. Por su situación particular, necesitaba poder establecer contractualmente dos condiciones para sus trabajadores técnicos:
- Por un lado, una dedicación exclusiva, para evitar situaciones que puedan producir un perjuicio grave para la empresa.
- Por otro lado, establecer una medida que evitara la competencia de ese mismo trabajador, una vez finalizado el contrato de trabajo, en empresas del mismo sector a fin de evitar una transferencia de conocimientos. Esta cláusula de competencia también debía ser durante un plazo específico.
Qué hay que tener en cuenta para establecer un pacto de exclusividad
Así las cosas, para poder elaborar este tipo de pactos es primordial tener un conocimiento profundo de la normativa general en materia laboral, y en especial el convenio colectivo de la empresa o del trabajador al que afecta. Esto es debido a que en este último recurso pueden establecerse condiciones diversas que hay que tener en cuenta, sobre todo la remuneración del trabajador como complemento por esa merma en su derecho de libre elección.
Además, es fácil caer en cláusulas ilegales si incluimos una cláusula de permanencia mínima en la empresa u otras de carácter similar. Estas tienen muchas posibilidades de ser anuladas, por lo que no se consigue el objetivo principal de ese acuerdo: la fidelidad del trabajador.
Pero la clave esencial para poder incluir una cláusula de exclusividad es la valoración real por parte del empleador de que puede ocurrir un grave peligro de concurrencia desleal en el caso de que el trabajador preste el servicio a diversos empresarios. Es decir, no todas las empresas y no todos los empleados van a poder aplicar este tipo de clausulado en sus contratos.
La cláusula de no competencia
Respecto al pacto de no competencia, debe tener una duración determinada. Esta varía en función del tipo de trabajador al que queremos imponerla, ya que no podrán tener el mismo tipo los trabajadores que desarrollen una labor más técnica que un trabajador normal.
Por último, y al igual que con la dedicación exclusiva, para que pueda ser válida la cláusula será necesario que el empresario tenga un efectivo interés industrial o comercial en ello y que se satisfaga al trabajador una compensación económica adecuada.
Contar con una asesoría legal especializada para dar respuesta a estas cuestiones es vital para evitar firmar un mal contrato. En Égida analizamos las necesidades de cada empresa y sus relaciones con los trabajadores para ofrecer la mejor solución posible.